“Cualquier tiempo pasado fue mejor...”
o “aquellos maravillosos años...” son algunas de las formas con
las que me podría referir al periodo vivido entre mediados de los años setenta
y mitad de los noventa. Corresponden a los años de mi infancia y mi adolescencia,
en los que, a pesar de no tener tantos avances como en la actualidad, éramos
capaces de disfrutar de la vida tanto o más que ahora.
Hoy nos encontramos en la era de la tecnología,
en la que todo está controlado y monopolizado por televisión, ordenadores,
smartphones, tablets, ipads, etc... Apenas existe tiempo para la improvisación,
y en el caso de los niños y los jóvenes, la mayor parte de su tiempo de juego y
ocio está copado por la tecnología anteriormente citada.
Seat 600. Un coche mítico |
En aquella época jugábamos en la calle, y éramos
vaqueros o exploradores, y llegábamos a casa siempre sucios de jugar por las
calles, en su mayoría sin asfaltar. Se podía jugar en la calle ya que había muy pocos
coches y por tanto la seguridad era mucho mayor que ahora. Si se terciaba
jugábamos a las chapas o a las canicas, aunque la mayor parte del tiempo estaba
copado por el deporte estrella para los niños de esa época, el fútbol.Poníamos dos piedras en cada lado de una calle y
enseguida improvisábamos un partidito, o si éramos pocos, la puerta de algún
almacén cerrado nos hacía las funciones de portería.
En cuanto al estudio, antes no había ordenadores
ni otros medios que no fueran los libros o los apuntes, o ir a buscar
información a la biblioteca de tu pueblo o ciudad. Ah, por cierto, éramos
capaces de hacer alguna operación matemática sin tener que recurrir al exel o a
la calculadora del móvil.
Eran otros tiempos, donde aún se procuraba
inculcar y defender unos valores que con el tiempo se han ido perdiendo, y que
actualmente están casi desaparecidos.
En este blog intento dejar constancia de algunas
de las cosas que marcaron una etapa de mi vida y de la de muchos de los
españoles, con objeto de recordarlas, y de que no queden en el olvido.
Barrio Sesamo nos acompañó en nuestra infancia |
Esto nos servirá para comprobar cómo han cambiado
las cosas y como hemos cambiado también nosotros, en algunos casos para bien y
en otros todo lo contrario.
Existen muchos blogs, y muy buenos, por cierto, sobre esta temática, y
no pretendo competir con ellos, sino simplemente aportar mi granito de arena con las cosas que a mí me resultan más
curiosas al echar la vista atrás, y compartirlas con todas aquellas
personas que, al igual que yo, sienten un poco de nostalgia al recordar tiempos
pasados.